27/7/10

Yo tenía 10 Perritos

La otra vez me pensé en esa canción de “Yo tenía 10 perritos” y recordé que cuando era pequeña y aprendí esta canción me afectaba mucho pensar que los perritos murieran de esas formas, en la nieve, un pozo, tren, tos. Ahora que lo razono más grande pienso ¿¡A que mente tan retorcida se le ocurrió que esa canción daba un buen mensaje?! Les enseñan a los niños a que

1. Tener 10 perros está bien.
2. Los perros se van se pelean, se enferman se pierden, se mueren y está bien.
3. Que los perros son objetos reemplazables fácilmente.
4. Que los animales no nos necesitan.
5. Si un perros se te enferma y muere no es grave.

Y todo eso aunado a una tonada espantosa que no les enseña ni a cantar y los hace ver como tontos… ¡Ay la humanidad! y no es la única canción que considero que da un mal mensaje a los niños. Está la canción que usan para pedir posada es la oda a la hipocresía humana, primero el tipo les niega a entrar a su casa hasta que se entera que son María y José. A ver si entiendo, dejarlos entrar a ellos lo hace héroe pero dejar en la noche a cualquier pareja pobre, cansada y la mujer a punto de parir ¿es aceptable? Esos no importan mijo tu ayuda a quien te va a pagar con creces. Y ni siquiera voy a entrar en detalles de las incongruencias históricas de esa canción.

En fin les dejo la letra de la de “Yo tenía 10 perritos”

Yo tenía diez perritos,
yo tenía diez perritos.
Uno se cayó en la nieve:
ya no más me quedan nueve, nueve, nueve, nueve, nueve.

De los nueve que tenía,
de los nueve que tenía
uno se tragó un bizcocho,
ya no más me quedan ocho, ocho, ocho, ocho, ocho.

De los ocho que tenía,
de los ocho que tenía
uno se encontró un machete
Ya no más me quedan siete, siete, siete, siete, siete.

De los siete que tenía,
de los siete que tenía
a uno se lo comió un pez:
ya no más me quedan seis, seis, seis, seis, seis.

De los seis que tenía,
de los seis que tenía
uno se mató de un brinco:
ya no más me quedan cinco, cinco, cinco, cinco, cinco.

De los cinco que tenía
de los cinco que tenía
uno se perdió en el teatro:
ya no más me quedan cuatro, cuatro, cuatro, cuatro, cuatro.

De los cuatro que tenía
de los cuatro que tenía
uno se cayó al revés:
ya no mas me quedan tres, tres, tres, tres, tres.

De los tres que tenía,
de los tres que tenía
uno se murió de tos:
ya no más me quedan dos, dos, dos, dos, dos.

De los dos que tenía,
de los dos que tenía
uno se murió de ayuno:
ya no más me queda uno, uno, uno, uno, uno.

Y el perrito que quedaba,
el perrito que quedaba
se me heló en una helada.
Y ya no me queda nada, nada, nada, nada, nada.


Hay variantes, todas igual de malas.